Avance prometedor: la terapia con ketamina ofrece una nueva esperanza para las condiciones de salud mental y el dolor crónico.
La ketamina es un fármaco anestésico disociativo que hasta ahora se ha utilizado principalmente para la inducción y mantenimiento de la anestesia general. Fue sintetizada por primera vez en 1962 como un compuesto novedoso derivado de la PCP en busca de un anestésico más seguro y se utiliza en procedimientos médicos que no requieren relajación de los músculos esqueléticos.
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Honolulu, HI (Newsworthy.ai) Sábado 20 de enero de 2024 a las 12:00 PM hora del Este. —
La ketamina, antes utilizada principalmente con fines de anestesia, ha surgido como un posible cambio radical en el tratamiento de la depresión mayor, el trastorno de estrés postraumático y las ideas suicidas. El fármaco anestésico disociativo, cuando se administra en dosis subanestésicas, desconecta a las personas de pensamientos, recuerdos, entorno, acciones e identidad perturbadores. Este efecto único ha mostrado resultados prometedores en el abordaje de una amplia gama de problemas de salud mental, incluyendo la depresión, la ansiedad, el trastorno de estrés postraumático y el dolor crónico.
Según los principales expertos en el campo, la ketamina opera a través de múltiples mecanismos para proporcionar alivio y apoyar la curación. Al disociar las antiguas conexiones neuronales, allana el camino para la formación de nuevas conexiones más saludables. Además, la ketamina aumenta la producción de dopamina al tiempo que reduce la inflamación y la hinchazón cerebral.
El centro antirrecompensa en el cerebro, conocido como la habenula lateral, desempeña un papel fundamental en la eficacia de la terapia con ketamina. El trauma o las decepciones continuas pueden hacer que la habenula lateral entre en "modo explosión", lo que resulta en una producción de dopamina agotada y una profunda sensación de cansancio y falta de motivación. La ketamina bloquea eficazmente este modo explosión, restaurando rápidamente la producción de dopamina y brindando alivio y emociones positivas a las personas.
Si bien se sabe que dosis más altas de ketamina causan alucinaciones, especialmente en pacientes con trastorno de estrés postraumático, el tratamiento sigue siendo seguro y bien tolerado por la mayoría de los pacientes. Los efectos secundarios comunes incluyen somnolencia, visión doble, confusión, náuseas, vómitos, mareos y sensación de malestar.
La terapia con ketamina está ganando reconocimiento como un posible avance en el tratamiento de condiciones de salud mental y dolor crónico. Al dirigirse a múltiples mecanismos en el cerebro, este enfoque innovador ofrece una esperanza renovada a las personas que luchan con estos desafíos.
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